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Despido nulo – Guía Actualizada 2024

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¿Te preguntas cuándo se considera un despido como nulo? Esta guía condensada te ofrece un resumen claro sobre las situaciones en las que un despido se declara nulo en el marco legal español.

Además, te explicamos cómo obtener asesoría legal sin compromiso con abogados especializados en derecho laboral de tu ciudad, quienes pueden proporcionarte una evaluación precisa de tu caso y guiarte en los pasos a seguir si enfrentas esta situación.

¿Qué es un despido nulo?

El despido nulo es una categoría legal que se aplica cuando la terminación del contrato laboral por parte del empleador atenta contra los derechos fundamentales y las libertades públicas del trabajador.

Esto implica que un empleado no puede ser despedido por motivos relacionados con su raza, religión, sexo u opinión, entre otros aspectos protegidos por la ley.

Es importante tener en cuenta que el despido nulo no es un tipo de despido en sí mismo, sino una calificación que se le da a la terminación laboral en función de su carácter discriminatorio o violatorio de derechos fundamentales.

Existen dos tipos de despidos reconocidos: el despido disciplinario, que se basa en una falta grave cometida por el trabajador, y el despido objetivo, que puede deberse a la mala situación económica de la empresa o a la ineptitud del empleado.

Para que un despido sea considerado nulo, se requiere una declaración judicial que así lo determine. Esto significa que un despido no puede ser catalogado como nulo a menos que un juez lo determine como tal en una sentencia.

Si un trabajador considera que ha sido objeto de un despido nulo, tiene la opción de impugnarlo ante el Juzgado de lo Social correspondiente, presentando las pruebas necesarias para respaldar su caso.

El Estatuto de los Trabajadores establece claramente que las decisiones de despido deben respetar los derechos fundamentales de los trabajadores, prohibiendo las terminaciones laborales discriminatorias o que vulneren dichos derechos.

Sin embargo, demostrar la nulidad de un despido puede ser un proceso complejo, ya que en muchos casos el empleador puede alegar causas disciplinarias u objetivas para respaldar su decisión.

¿Cuándo un despido es reconocido cómo nulo?

El despido nulo es una categoría legal que se aplica cuando la terminación del contrato laboral atenta contra los derechos fundamentales y las libertades públicas del trabajador. Según el Estatuto de los Trabajadores, existen diversas situaciones en las que se considera nulo el despido:

  • Despido durante períodos protegidos: se considera nulo el despido de una trabajadora durante el embarazo, la maternidad, la lactancia, enfermedades relacionadas con el embarazo o en casos de adopción, acogimiento y paternidad.
  • Discriminación y represalias: el despido será nulo si está motivado por razones de discriminación basadas en la ideología, religión, expresión, inclinaciones políticas o por participar en una huelga legal. También se considera nulo si es una represalia por presentar una queja o reclamación.
  • Protección de la salud y permisos: el despido es nulo cuando se produce durante períodos de suspensión del contrato de trabajo por nacimiento, adopción, lactancia, enfermedades relacionadas con la maternidad o por solicitud o disfrute de excedencia para el cuidado de menores o familiares con discapacidad.
  • Violencia de género: las trabajadoras víctimas de violencia de género no pueden ser despedidas por ejercer sus derechos de reducción o reordenación de la jornada laboral, movilidad geográfica o cambio de centro de trabajo.
  • Reincorporación y garantía de indemnidad: el despido es nulo si se produce después de que un trabajador se haya reincorporado al trabajo después de una suspensión por maternidad, adopción o paternidad, siempre que no hayan transcurrido más de nueve meses. También se considera nulo el despido por reclamar derechos laborales (garantía de indemnidad).

Es importante destacar que para que el despido sea considerado nulo, el trabajador debe demostrar que las situaciones mencionadas anteriormente fueron el motivo real de la terminación del contrato.

Si el empresario puede demostrar que existen causas justificadas no relacionadas con estas situaciones, el despido puede ser declarado procedente en lugar de nulo.

¿Cuáles son las consecuencias de un despido nulo?

Cuando un despido es declarado nulo por un juez, se generan una serie de consecuencias y obligaciones para el empleador. Estas son las siguientes:

  • Readmisión inmediata del trabajador: el empleador debe volver a contratar al trabajador y ofrecerle las mismas condiciones laborales que tenía antes del despido. Sin embargo, existen dos excepciones a la readmisión:
    • Imposibilidad de readmisión: si la empresa ha dejado de existir, no es posible la readmisión. En este caso, el trabajador recibirá una indemnización equivalente a la del despido improcedente y los salarios de tramitación.
    • Víctimas de violencia de género, acoso laboral, sexual o por razón de sexo: si el despido está relacionado con estas situaciones, el trabajador puede optar por no regresar al trabajo y finalizar la relación laboral. En este caso, recibirá una indemnización equivalente a la del despido improcedente y los salarios de tramitación, además de una indemnización adicional por vulneración de derechos fundamentales.
  • Abono de los salarios de tramitación: los salarios de tramitación son las remuneraciones que el trabajador dejó de percibir desde el despido hasta la notificación de la sentencia de despido nulo. El empleador está obligado a pagar estos salarios como si el trabajador hubiera seguido trabajando durante ese período. Sin embargo, se pueden realizar descuentos en los salarios de tramitación en ciertos casos, como cuando el trabajador ha encontrado otro empleo y ha recibido salarios durante ese tiempo, o si ha recibido prestaciones por desempleo que deben ser descontadas del salario de tramitación.
  • Alta en la Seguridad Social: el empleador debe solicitar el alta del trabajador en la Seguridad Social y realizar las cotizaciones correspondientes al período de despido.

Si el despido es declarado nulo, lo cual implica que el trabajador debe ser readmitido y dado de alta en la Seguridad Social, ambas acciones deben llevarse a cabo dentro de un plazo de cinco días.

En caso de incumplimiento por parte del empleador, el trabajador debe notificarlo al juzgado correspondiente para que se tomen las medidas necesarias.

Trámites para declarar un despido nulo

Cuando un trabajador es despedido, tiene la opción de impugnar el despido si considera que las causas alegadas no son verdaderas y si se cumplen ciertos requisitos.

En este caso, existen dos trámites distintos que se deben seguir: la presentación de una papeleta de conciliación y, en caso de no llegar a un acuerdo, la presentación de una demanda laboral por despido nulo.

La papeleta de conciliación se presenta ante el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación correspondiente. Este documento solicita un acuerdo entre el trabajador y la empresa, y se intentará llegar a dicho acuerdo en un Acto de Conciliación.

Es obligatorio presentar esta papeleta para impugnar un despido, y el plazo para hacerlo es de 20 días hábiles desde la notificación del despido. La presentación de la papeleta interrumpe el plazo de impugnación.

En el Acto de Conciliación, se busca alcanzar un acuerdo entre ambas partes para evitar el juicio. Si se llega a un acuerdo, se redactará un Acta de Conciliación que tendrá efectos legales. Si no se llega a un acuerdo o la empresa no comparece, el Acto de Conciliación no tendrá efecto.

Si el Acto de Conciliación termina sin efecto o sin acuerdo, el trabajador puede presentar una demanda laboral por despido nulo ante el Juzgado de lo Social de su provincia.

El plazo para presentar la demanda es el resto de los días hábiles que queden de los 20 días iniciales, contados a partir de la fecha del Acto de Conciliación.

En la demanda laboral, es importante incluir todos los hechos relevantes, por lo que se recomienda contar con la asesoría de un abogado laboralista especializado.

El Juez instará a las partes a llegar a un acuerdo antes del juicio, y si no se llega a un acuerdo, se celebrará el juicio. Después de la celebración del juicio, el Juez dictará una sentencia, declarando el despido nulo si se cumplen las causas correspondientes, o desestimando la demanda en caso contrario.

¿Cuál es la indemnización en un despido nulo?

Cuando un despido es considerado nulo, legalmente se le trata como si nunca hubiera ocurrido. Esto implica que el trabajador no tiene derecho a recibir una indemnización, a diferencia de los casos de despido improcedente o por causas objetivas.

Sin embargo, una vez que se emite la sentencia de nulidad, el trabajador tiene la opción de presentar una demanda adicional contra la empresa para reclamar el pago de los daños y perjuicios causados por el despido.

Estos daños pueden ser tanto materiales, como no haber recibido el salario y haber tenido dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras, como morales, si la situación le ha causado ansiedad, depresión u otros problemas psicológicos.

Es importante tener en cuenta que si el trabajador recibió alguna indemnización como parte del despido, deberá devolverla al empleador, ya que legalmente el despido nunca tuvo lugar.

Por lo general, se busca llegar a un acuerdo en el cual el trabajador solo tenga que reembolsar la diferencia entre la indemnización y los salarios de tramitación recibidos.

En cuanto a los salarios de tramitación, son los salarios que el trabajador dejó de percibir desde el momento del despido hasta la notificación de la sentencia de nulidad.

El empleador está obligado a pagar estos salarios al trabajador, ya que se considera que el empleado habría seguido trabajando si no hubiera sido despedido.

¿Cuál es la diferencia entre un despido nulo y un despido improcedente?

Existen diferencias significativas entre un despido improcedente y uno nulo. El despido improcedente se refiere a una terminación laboral sin una causa justificada.

Esto significa que no ha habido ninguna falta o incumplimiento grave por parte del trabajador que justifique su expulsión de la empresa. También puede ocurrir cuando el empleador no sigue el procedimiento formal establecido, como en el caso de un despido verbal.

En el caso de un despido improcedente, el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización. Para contratos anteriores al 12 de febrero de 2012, la indemnización es de 45 días de salario por cada año trabajado.

Para contratos posteriores a esa fecha, la indemnización es de 33 días por año. Si el trabajador tiene periodos cotizados en ambas etapas, se aplicará el cómputo correspondiente a cada una de ellas.

Por otro lado, el despido nulo se produce cuando el empleador viola derechos fundamentales, discriminación prohibida por ley o realiza la terminación laboral con una motivación ilegal.

En el caso de un despido nulo, el trabajador tiene derecho a la readmisión inmediata en su puesto de trabajo y a recibir los salarios de tramitación, que corresponden a los salarios que dejó de percibir desde el despido hasta la notificación de la sentencia de nulidad.

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