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¿Cómo ser un buen abogado?

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Por supuesto que os habéis preguntado “¿qué es ser un buen abogado?” Pero sobre todo “¿cómo puedo convertirme en un mejor abogado?”.

La abogacía es un oficio encantador. Sin embargo, es una profesión que requiere gran responsabilidad, porque si no puede llegarse a convertir en una verdadera pesadilla. Ahora bien, ser abogado es algo que tradicionalmente ha sido bien visto, principalmente por las familias donde los padres alentaban a sus hijos a estudiar esta carrera, ya que esto podría significar prestigio y un futuro prometedor. En otros casos, la fuerte influencia del cine Hollywoodense hizo romántica la idea de esta profesión y pues es que, es así, los abogados han contado siempre con el respeto de la sociedad en general, incluso en los estereotipos destacan capacidades como la energía, el sentido de la ética o la labia, los cuales también han construido esa percepción.

Si eres abogado o estáis por estudiar esta profesión, es probable que te hayas sentido atraído por personajes cinematográficos de culto como Wilfrid Roberts protagonizado por Charles Laughton en la cinta ‘Testigo de Cargo’ (1957) o la cinta ‘Matar a un ruiseñor’ (1962) donde Atticus Finch interpretado por Gregory Peck, es el abogado encargado de defender a un hombre negro que es acusado de violación. Luego de estos clásicos, durante los años 80 actores como Paul Newman se destacan interpretando a un abogado en la película ‘El Veredicto’ (1982), otra gran cinta, protagonizada por el famoso actor Tom Hanks es ‘Philadelphia’ (1993) donde el joven abogado Andrew es despedido de un importante despacho de abogados por contraer sida y él decide demandar a la empresa por este despido improcedente.

Aunque no todo es drama, también existen cintas de comedia sobre abogados como Jim Carrey y su personaje Fletcher Reede en ‘Mentiroso, Mentiroso’ (1997) un abogado que se ve obligado a reflexionar el sentido de su profesión.

Ahora bien, aquí no acaba todo, las películas abundan pero con el auge de las plataformas digitales, las series no se quedan atrás, pues personajes como Saul Goodman protagonizado por Bob Odenkirk es el singular abogado de Walter White en la famosa serie estadounidense ‘Breaking Bad’, el cual tomo mucha fuerza como personaje y se hizo la precuela ‘Better call Saul’, así mismo otras series famosas con la misma temática, una de ellas ‘Cómo defender a un asesino’ protagonizada por Viola Davis, quien es la profesora de un grupo de estudiantes en Derecho, entro otras.

Obviamente, la realidad trasciende la ficción y aunque estos personajes se vean muy convincentes y eficaces, la verdad es que son solo una inspiración, ya que día a día los abogados reales luchan y defienden a sus clientes hasta el final para ganar los casos, pues bien, ahora vamos con la pregunta clave ¿Cuáles son las características de un abogado?

Marcar la diferencia

En el mundo de la abogacía la competencia suele ser un campo feroz. Los abogados bien cualificados abundan y buscan la mejor manera de llegar a sus clientes. Tanto en Madrid como en Barcelona, dos de las urbes mas grandes de España, es donde hay una mayor concentración de demanda y oferta de estos servicios.

Pero esto no quiere decir que en pequeñas ciudades no suceda esto, ya que, casos como Valladolid, una ciudad de 300.000 habitantes cuente con al menos 1.601 abogados, por lo cual el decano Jesús Verdugo se pronunció al respecto sobre la desproporción de abogados en el país respecto a otros países europeos. Por esto, marcar la diferencia llevará tu profesión a otro nivel.

Los Marketplaces Jurídicos

Así como os mencionamos anteriormente marcar la diferencia te hará destacar a la hora de llegar a tus clientes, pero saber abogacía no es lo único, también es importante tener conocimientos en el mundo del marketing, los cuales te permitirán venderte mejor, saber dónde están tus clientes y cuál es la mejor manera de llegar a ellos. Si bien, es algo adicional, la tecnología te brinda muchas herramientas que te permitirán captar de forma online a tus clientes o los marketplaces jurídicos como este, Melendos, los cuales te permiten hacer más fácil la búsqueda de clientes a través de la web. Recuerda que Internet es todo un boom y un mercado donde las personas acuden cada vez más para buscar especialistas de confianza.

Desde luego que nosotros te recomendamos Melendos, pero la idea es que analices por ti mismo y compruebes más a fondo qué te pueden ofrecer los diferentes marketplaces jurídicos o también, puedes mirar varias webs que hagan un estudio en detalle sobre las ventajas y desventajas de estos.

En estos enlaces podrás encontrar algunas comparativas:

·         Marketing para Abogados: Digital 2g

·         Guía Legaltech: Derecho Practico

Una de las cualidades que debe tener un buen abogado y de las más importantes es generar confianza con sus clientes, pero ¿cómo se consigue? De acuerdo con algunos expertos en materia, señalan que con la integridad. Porque un abogado debe ser honesto con sus clientes y cercano a ellos para exponerles de forma clara y franca la situación de su caso y las posibles soluciones por las que puede optar. Obviamente algunos casos pueden ser exitosos, pero otros simplemente se pueden perder y, aun así, el cliente se lleva la impresión de que el abogado es de confianza y esto hará que las personas hablen bien de tus servicios, incluso pueden llegar a recomendarte boca a boca o en sus redes sociales y lo más probable es que cuando tengan algún otro problema, no dudaran en contactarte de nuevo.

Otra cuestión que debéis tener en cuenta es que sobre los abogados recae demasiada responsabilidad y es en esos casos de trascendencia donde debes ser mas cercano a tus clientes. Siempre apuesta por una moralidad firme y busca que las personas que acudan a tu despacho, puedan ver estas cualidades en ti y aparte de un gran profesional, también un amigo sincero que buscará la mejor forma de ayudarles a arreglar sus problemas.

La discusión, persuasión y negociación

Tres capacidades fundamentales que no deben faltar para ser un buen abogado es: discutir, persuadir y negociar.

La forma de discutir es la base de este oficio. En el momento en que entran en juego las dos versiones opuestas del caso, es necesario discutir sobre qué versión puede ser la real. En estos casos es donde el abogado será un excelente discutidor y no solo en temas legales, también será capaz de discutir temas de la actualidad, tanto si son temas de gastronomía, cine o cualquier otro. Se trata de saber y poder expresar tus opiniones de forma educada y coherente, poder discutir tu punto de vista con otra persona sin caer en la terquedad. Claramente, esto no quiere decir que tengas que dar la razón.

Ahora bien, el segundo factor es la persuasión. El oficio del abogado en este momento será el de convencer a sus oponentes, que es la otra parte del juicio, el jurado, el juez, el tribunal, etc, de que su versión de los hechos es la más acertada. Acá entra en juego la capacidad de argumentación del abogado, ya que persuadir requiere solidez en el discurso y mostrar a los demás que tú tienes el correcto desarrollo lógico de tus ideas. Esta es una de las habilidades innatas de algunos abogados sin embargo también se puede adquirir con el tiempo en la práctica. Pues bien, lo importante es que coloques en práctica esto, en todo momento y lugar, ya sea con tus amigos, en una cena familiar, mientras lees noticias o en el bar, poner a prueba tu habilidad para persuadir y así, en el momento de ir a los juicios tendrás más seguridad.

En último término y no porque sea menos importante, los abogados deben ser buenos negociadores porque en muchos casos deberán sentarse en la mesa y proponer unos interese comunes para evitar llegar a la vía judicial, por ejemplo en divorcios o separaciones matrimoniales, incluso en conflictos laborales, el abogado debe tener esa capacidad de reunir a las partes del caso y plantear un trato justo, pero obviamente siempre pensando en el beneficio de su cliente. Para esto puede ser útil tener una personalidad amable y también escuchar las otras versiones.

Paciencia

Gran parte del oficio del letrado se dedica a la espera. Los abogados deben esperar a que se fije una fecha para una vista oral, esperar para recibir la documentación que solicitaron o esperar la resolución de los casos…La paciencia es una importante cualidad que necesitarán los abogados para no desesperar esperando. También será importante saber aprovechar el tiempo muerto para aprovechar al máximo el trabajo y dedicarse a preparar mejor los casos, redactar la nueva documentación de la mejor manera o volver a analizar algún caso para darle un nuevo enfoque.

En algunos momentos, las jornadas laborales de los abogados pueden sobrepasar las ocho horas. Es un oficio bastante absorbente, de los que lleváis el maletín a todos lados y en donde, de tu cabeza no saldrán los casos hasta que no estén resueltos.

No obstante, y por tu propia salud, una de las virtudes del abogado es tener la capacidad para desconectarse de su trabajo. Pues bien, un profesional quemado no va a rendir de la mejor forma y su trabajo, prestigio y quizás hasta la vida familiar se pueda ver afectada. Por esta razón, y aunque suene complicado, un buen abogado es capaz de colocar los límites de su jornada laboral y su vida personal, y en lo posible tratar de no confundirlos.

Lo que os hemos dicho anteriormente también debes unirlo a la capacidad de tener fuerza emocional. Por un lado, no debes desesperarte cuando un caso no haya resultado como querías y mucho menos, rechazar o colocar barreras a los clientes que acuden a tu despacho en situaciones que normalmente rechazarías. Es esos momentos recuerda tu profesionalismo y la misión que implica el oficio, ayudar al cliente incluso si sabes que es culpable. Dejar la parte afectiva a un lado y trabajar por el bien de esta persona que en ti ha confiado, es tu misión.

Desde luego que estáis en la capacidad de renunciar a ciertos casos, ya sea porque tu ética no lo permite o porque entre tú y el cliente no exista un buen feeling, o porque simplemente te es imposible empatizar con esa persona. Eso sí, cuando decides aceptar un caso, no te puede dominar tu parte pasional (estés a favor de la víctima o del verdugo) sino que debes comprometerte con la persona hasta el final de las consecuencias legales. El compromiso siempre es bien valorado independientemente de la conclusión final del caso.

Gran capacidad de trabajo y orden

Otras de las cualidades que más aprecian tus clientes son tener una gran capacidad de trabajo y ser organizado. Primero que todo es la organización. ¿Qué pensarías si llegas a una consulta con tu médico y este tiene todos los papeles desordenados y por todos lados, incluso se le es difícil encontrar tu historial? Pues un cliente valorará el orden cuando llegue a tu despacho por eso, dar una buena impresión y tener tus documentos ordenados y tu escritorio despejado.

Además como abogado, tendrás que leer muchos textos a diario sobre tu trabajo. A pesar de que la comunicación oral es esencial, la escrita también lo es para el letrado. En tu trabajo diario deberás ser capaz de redactar diferentes documentos al día, escritos, alegaciones, contratos o quizás recursos, por lo que es imprescindible que dentro de tus cualidades y virtudes este escribir de forma legible y con ideas estructuradas, además contar con el lenguaje jurídico apropiado que requiera el caso.

Estas son algunas de las características que te ayudarán a ser un trabajador nato. Una persona incansable, que puede con todo el trabajo que llega a su despacho (claro está que guardando las medidas y límites, para no excederse) además siempre tener una gran sonrisa. Nunca restes importancia al poder que tiene la fuerza de voluntad y el optimismo, ya que estas pueden ser las que permiten que tus clientes se queden a tu lado.

Persistir hasta cumplir tus objetivos

Seguramente ya sabrás que la persistencia es una virtud en casi todos los empleos. Así que, no debes darte por vencido al primer cambio sino esforzarte, siempre ten esa capacidad para ver cómo encauzar un caso que probablemente esté llevando un mal camino. Adquiere la capacidad de no desistir y busca la forma de encontrar alternativas. Deja a un lado las preocupaciones por fallar o perder, si estás haciendo un buen trabajo no tendrás porqué recriminarte y seguramente tu cliente tampoco lo hará, ya que habrá visto que te has esforzado con perseverancia para el objetivo común.

El oficio del abogado conlleva muchos tropiezos, pero a todo el mundo le pasa en sus trabajos, pues la perfección no existe. Sin embargo, la gran diferencia son aquellas personas que tienen la capacidad de reponerse de sus fracasos y con el conocimiento adquirido volver a intentarlo.

Por último, disfruta lo que haces

En general, este es un consejo para todos pero que incluye el oficio del abogado también. Los psicólogos señalan que esta es la clave de un buen trabajo, ser feliz en lo que estás haciendo. Esto puede sonar a tópico pero eso no quita que sea importante y muy cierto. Cuando disfrutas, vives de una manera diferente tu vocación sabiendo apreciar cada momento. Así, esperar no será complicado sino parte del proceso, las derrotas serán aprendizajes y los casos ganados serán la fórmula perfecta de tu felicidad.

Como os hemos dicho anteriormente, es importante que destaques, ya que hay mucha competencia. Pues bien, si reúnes todas estas cualidades y otras más como tener amplios conocimientos en determinados temas, o gran experiencia en un tema específico, hará que prosperes como abogado, mucho más fácil a pesar de que exista competencia.

Por último, apuntamos otra virtud y es el buen manejo de internet para tu propio beneficio. Si optas por Melendos podrás descubrir la forma de estar más cerca de tus clientes potenciales, tu perfil estará disponible en línea, podrás recibir casos reales de usuarios que estén cerca de ti y requieran tus servicios. Todo esto y más desde la comodidad de tu despacho. 

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